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Arquitectos: WaterScales arquitectos
- Área: 297 m²
- Año: 2022
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Fotografías:Fernando Alda Calvo, Ayuntamiento de Álora
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Proveedores: Granitos Quintana, Pavysan SL, Philips exterior
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Vacío de tiempos y texturas. Sobre el lugar. La demolición de la vivienda del conocido folclorista Pepe Rosas en la calle de Atrás, en el casco histórico de Álora, había dejado un vacío urbano, con vistas próximas, al espacio de arqueología industrial del siglo XVI “Molino del Bachiller” y, en la lejanía, al castillo árabe.
Durante las excavaciones, aparecieron estancias de interés espacial y arqueológico con tinajas semienterradas configurando una despensa datada en el XVI. El lugar es un vacío abierto a levante que sugiere el descubrimiento de las huellas de su pasado.
Sobre el proyecto. Proponemos un viaje a través del vacío, legado histórico de texturas, materiales, espacios y vistas, para comprender una etapa de la historia de Álora. Fachada. Se recupera la alineación de la fachada anterior mediante un muro de textura blanca de ladrillo, cuyo espesor se quiebra para propiciar un misterioso descubrimiento del interior.
En el exterior, una huella claveteada muestra el arco de herradura de la puerta de la casa de Pepe Rosas y una mirilla, homenaje al cantaor, invita a descubrir una vista inédita del castillo.
Vacío activado. Tras comprimirse, el espacio se abre y activa gracias a una pasarela metálica de directriz complementaria a los muros existentes. Realizada mediante piezas superpuestas y apiladas en juego de transparencias, deja entrever a su paso el suelo original. Es plataforma desde la que descubrir la despensa inferior, y mirador desde el que contemplar la lejanía. Su baranda indica, guía y acompaña. En ella, textos perforados avisan de valores cercanos. Otros, aéreos, señalan hitos del paisaje cultural aloreño como el castillo y sus sierras. La baranda es filtro, banda que acompaña al viajero indicando la ruta a seguir junto a un camino de límites propios en busca de texturas, como las de la leve escalera “a lomos” de ladrillo o las de la medianera antaño habitada.
Una escalera se derrama desembocando en la antesala del establo. Desde aquí, la intervención se ciñe a la limpieza de los paramentos, la levedad de las barandas y un pavimento fluido que, superponiéndose a los casi desaparecidos escalones, nos lleva a la terraza inferior. Allí, un vibrante muro de texturas pétreas presenta dos ventanas. Por una de ellas, agachándose, apenas de puntillas, gracias a una suerte de alfombra metálica, el viajero descubre el interior de la despensa, corazón misterioso de un pasado que muestra una tipología de vivienda en estrecha relación a su uso industrial. Un pavimento de geometría independiente pone en valor las texturas y materiales que admira.
El vacío, es caja de resonancia de luces y sonidos que nos trasladan a la esencia del paisaje cultural de Álora. Lugar donde sentir el tiempo, que nos abriga mediante texturas.